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Se llamaba Cayo Julio Cesar Octavio y fue declarado Augusto, por el Senado el año 27. Al ser la autoridad militar y religiosa, le resulto fácil proclamarse Emperador, nombre que fue mantenido luego por sus sucesores. Por eso se le considera iniciador del Imperio romano.
Era hijo adoptivo de Julio César. Se alzó con la herencia y venció a sus competidores, entre los que resaltó Marco Antonio, que en Oriente perdió su última baza en Accio, a pesar de la ayuda de la Reina de Egipto Cleopatra.
Después de algunas guerras con sus adversarios, a los que desbarató con facilidad, quedó dueño del Imperio. Su época fue de relativa paz para el Imperio, a pesar de sus expediciones militares contra los germanos y de sus luchas por el dominio. Supo organizar la administración, devolver a roma el prestigio y reclamar una reforma de costumbres duradera.
Era quien llevaba las riendas en Roma al nacer el Salvador, año 6 ó 7 antes de nuestra Era. Pasaría a la Historia como el primer "imperator."
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